Estimado lector,
Es 23 de enero de 2021 y hoy sólo he pensado en dejarlo como cinco veces. El tiempo es sombrío, mi oficina no tiene ventana y la vida es simplemente increíble... ¿Es esto lo que significa ser adulto?
Cada mañana me levanto unas dos horas antes del trabajo, sólo para pasar una hora de ese tiempo desplazándome a la oficina, compartiendo el aire viciado del tranvía con las demás almas agotadas. A veces me gustaría haberme librado de toda esa rutina mediante el Expecto Patronum. Y podrías pensar que caminar hasta allí era una opción, claro, pero no es realmente la mejor idea cuando fuera hace -12ºC, y el smog de Sarajevo te hace cosquillas en los pulmones de todas las formas equivocadas posibles.
Para acortar la historia, la mayoría de los días llego primero a la oficina, todavía con sueño y sin ganas de hacer nada. El único problema es que ahora tengo que esperar a que lleguen algunos de mis compañeros más veteranos y me abran la oficina... sí, tiempo bien empleado. Pasan quince minutos y por fin llega el compañero y abre las puertas del infierno. Mi jornada laboral puede comenzar formalmente. Pero, verás, se trata de un infierno frío, ya que no hay calefacción en la oficina. Al final de la jornada laboral estoy agotada, tengo frío y sigo a una hora de casa, teniendo que repetir ese mismo trayecto.
Los días pasan, volviéndose indistinguibles unos de otros, enjuagando y repitiendo si quieres. Mi salud mental está empeorando más deprisa de lo que esperaba, y no acabo de encontrar la solución. Todos mis amigos tienen problemas similares, y empiezo a notar un patrón. ¿Quizá no estábamos hechos para pasar 8 horas al día en la misma habitación, sentados detrás de una mesa?
Empiezo a soñar despierta con la idea de trabajar desde otro lugar, ya que en realidad no me importaba el trabajo en sí, sólo la rígida tradición de trabajar desde la oficina. Verás, mi familia tiene un apartamento precioso que da a las laderas nevadas de una montaña olímpica cerca de Sarajevo. Si pudiera ir a trabajar desde allí, o desde un Coworking Space tal vez, en realidad todo lo que necesito es mi portátil y una conexión a Internet. Al final decidí dejar la oficina, dando prioridad a lo que queda de mi salud mental, y buscar un trabajo a distancia que me permitiera trabajar desde donde quisiera.
Todo lo que puedo decir es que el trabajo de oficina realmente no es para mí, y si has llegado hasta aquí supongo que estamos en la misma página. ¡Me encantaría que exploraras otras opciones y encontraras tu libertad laboral!
¡Salud, lector!